La única salvación posible está en el arte. Ni siquiera el amor nos salva. El amor es una extensión del arte. Es la belleza la que nos eleva. La miseria del hombre procede de la mediocridad. Es la cultura la que nos salva de la mediocridad. La única salvación posible está en la belleza, en la cultura. El amor es también una forma de cultura. La felicidad consiste en cierto tipo de conciencia sobre la belleza o sobre el amor. Se puede vivir sin estos ingredientes, sin que el amor nos salga al encuentro o lo busquemos nosotros o sin que la cultura, en cualquiera de sus disciplinas o en todas a las que podamos acogernos, sea parte de nosotros mismos, pero no se puede vivir sin la necesidad de belleza. O es un tipo de vida triste. Será entonces, habida cuenta de lo poco prestigiada que está la belleza, un mundo triste el que habitamos. Triste, inculto, feo. Tendrá la belleza su poeta y se llamará Juan Ramon.
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