Cuando el mar recuerde el nombre de todos sus ahogados
la tierra recitará la de los muertos que no quiso.
Tendrá la dureza del odio el tiempo en el que el hombre
festejará su lento peso de cadáver, su ciego libro de ceniza.
Será de nuevo clara la luz. No la ocuparán las sombras.
Nadie amará la lengua azul de las playas ni el desnudo
como un río que lame la cintura del aire. Serás hondo
barro sin mármol, Federico García Lorca.
Tu voz acunará la risa de los niños. Te buscará la aurora
por los puentes del Hudson o por un carmen en Granada.
Eva comerá hormigas en un claustro de luna
y Adán fecundará para siempre peces deslumbrados.
Vendrás otra vez y será un festín de jinetes la noche.
Bajarás de nuevo a la ribera de los juncos.
Tendrás tu pan y tu lucero, tendrás un corazón de nuevo.
1 comentario:
Excelente poema. Excelente homenaje. He quedado impresionado.
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