28.8.22

Para un libro futuro

 




He de prevenirme contra este que se agazapa y conduce diariamente los suicidios de mi carne, pero tampoco sabría con qué contentarle, si consentir sus vicios o afincar en ellos la bondad de la mesura. Así que le invito de buena gana, le saludo, le cuento la frívola rendición de mis delirios, le acuesto y vamos los dos muriendo dentro de la ficción que hemos aceptado. Como si fuésemos palabra y de palabra únicamente viviésemos. 


*


Vivir consiste en calcular con esmero los riesgos, en observar el vuelo irregular de los pájaros, en desangrarse con tibieza verbo adentro, haciendo los sencillos cálculos, ordenando la fiebre y el caos, registrando el fasto invisible, el minucioso, el íntimo y espléndido, antes de que el olvido herrumbre las horas, las vacíe de palabras, y la luz se desvanezca y yo ya ni entienda.


(Para un libro futuro en el que solo esté yo)

No hay comentarios:

Comparecencia de la gracia

  Por mero ejercicio inútil tañe el aire el don de la sombra, cincela un eco en el tumulto de la sangre. Crees no dar con qué talar el aire ...