19.6.23

cortejo del rapsoda

 

besarte castamente el verbo lánguido, ah, bellísima pastora, con el que ocupas las horas en el campo , pero tú no estabas, no eras todavía amor, amor dulce que amor a la boca convida ni pétalo ni ola que no sabe que es el mar ni albacea de los sueños ni túnel ni vals en la punta de mis dedos ni fe en el advenimiento de todas las grandes palabras de los poetas, el poeta está en la terraza de un café en una ciudad sin pretensiones, una concurrencia de curiosos se le arrima por ver cómo escribe el poema, por ver la naturaleza mística, por ver el esplendor epifánico en su rostro, pero el poeta se levanta, paga la consumición, un té negro, huye por las aceras perseguido por una invisible turbamulta de alucinados, entra en un comercio de objetos de segunda mano y da con un reloj del siglo XIX puesto en hora, es la transcripción de la luz, es la virtud de lo etéreo, ah, bellísima pastora, esto te digo, en un día limpio surgió de improviso la palabra, no se tiene registro de cuál fue, no hay constancia, podría ser azul por la bóveda del cielo o la anchurosa línea del mar, pero también sangre o dolor, muerte en el far west  muchas veces, cien veces, Billy el niño, bautizado William Henry McCarthy, también llamado William H. Bonney, ya al final de su azarosa existencia, pidió clemencia, la que él no tuvo con todos los hombres a los que mató en los tumultos de taberna y en la comisión de los robos, antes de que dictaran sentencia y las fuerzas del orden lo cercaran, Billy el niño salió a un corral a por huevos y allí cayó al suelo por una bala del sheriff Pat Garrett, el alma humana propende al recogimiento cuando la asaetea la desgracia, el alma humana es un secreto, el alma humana es un torbellino de sorpresas, Garrett juró por la biblia que en sus últimos momentos Billy el niño citó un pasaje de la biblia, uno corto, añadió, incluso uno mal contado, Oscar Wilde  muere el mismo día que Friedrich Nietzsche, ninguno ve el siglo nuevo con sus alardes cinematográficos, con sus discos de pizarra, con su maquinaria placebo, con su telequinesia china, con su mecánica de fluidos, con su grunge, con su tiniebla sin pecado, la fatalidad danza ebria con el desquicio, la fatalidad sale los días de lluvia, fomenta las cáscaras de plátano en las aceras, ah, niña vértigo, ah mi pastora del quatroccento, huye del longánimo, el lónganimo ve pétalos, ve rocío puro, ve la piel misma de la divinidad, el longánimo te llevará a la ruina moral, te pondrá de los nervios, dicho más a la ligera, hará de ti una concubina del deseo voraz, una perdida, una casquivana, busca un poeta, él hará de ti una musa, las musas harán de ti una diosa

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