Ser poeta para qué si T.S. Eliot murió solo sin que una sola línea suya lograra poner cerco a la muerte, brida al vasto olvido.
Qué galope se oye: silbo de poeta ayuntando júbilos. Jinete en fuga hacia el interior de la carne. Estrellas de cien puntas estallando en las paredes más secretas del cosmos. El céfiro jaleando sílabas.
Se nos va dejando morir tan impecablemente que tardamos una vida en advertir el engaño.
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