La poesía es un sueño dentro de un sueño de un dios caprichoso y rudimentario. El poeta es el espectador de esa función inconcebible.
Vasta, febril y honda, copula la luz con las horas.Algunos grumos del poema siguen conduciendo a Dios.
Los años a lo que se inclinan es a negarme.
Solo quien cuida con afecto su cuerpo puede cultivar sin obstáculos su alma.
De todo hay tiempo en la vida. Hasta de morir a deshora.
No hay comentarios:
Publicar un comentario