Arde lo que importa. Ceniza de las horas.
La noche se arquea como tigre. El tiempo se desdice como sombra
Anochece en el azucarero. Taconea, pasillo abajo, la tristeza. Se ven tan poca cosa sus perritos que, a la luz de las linternas, parecen algas.
Todos los niños de Londres aman a Peter Pan. Debo haberlo escrito veinte veces. Una más. Los niños de Londres. Amor. Peter Pan.
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