30.7.23

Elogio de la amistad

 No esperar nada de los amigos y, sin embargo, saber que todo lo contienen. Lo propio de la amistad es la perseverancia, su acopio de certezas con las que ni a veces el amor tiene con qué emularlas. Como él, sin su embeleso y su desatino, la amistad es una pasión inútil y, por tanto, imperecedera, combativa, fiera, tierna, locuaz y, sobre todo, íntima. Todo a lo que no se le da utilidad es la que en ocasiones más concienzudamente la presta. Sentir que se trasiega con la amistad es lo más parecido a no saber que hay trasiego alguno y que el camino, al andarse, se extiende, se expande, se convierte en paisaje, se da sin doblez, se manifiesta sin anhelos. No pensar en ella y tener propiedad suya. No se le pide nada al amigo: todo cuanto se nos ocurra solicitarle acude. Leo que hoy es su día. Hoy busquen a un amigo. Hoy toca abrazarlos. 


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