A Caty Luz, allá en el norte, tan lejos, donde quiera que esté, con su pequeña arca de Noé de libros y de canciones.
El cielo está siempre a medio hacer. Neil Young es un ángel sordo que no tiene claro si quiere entrar o quedarse afuera, si contarle a Dios la historia de la semilla o susurrarle al diablo los cuentos de la carne. Sabe que ha estado en los caminos, escuchando el lamento de la tierra, el gruñido de los hombres y la áspera noticia de que el mundo gira con desgana, pero él no ha perdido el tiempo y sigue manuscribiendo el salmo de América sobre un escenario, grabando discos estupendos (algunos más estupendos que otros) y dando conciertos de andar por casa, aunque sean en grandes estadios. Lo grande, si se mira con detenimiento, es a veces pequeño. Un granero puede confundirse con una catedral.
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