Prudencio Pagés pereció por pudor, permítanme participarles previamente. Padeció persecuciones, probó penalidades, profanó palacios, pagó psicópatas, proclamó pandemias, propagó pendencias. Pasional, patético, pecó por principiante, por petimetre pésimo, por pervertido pírrico, por poeta podrido, por polemista párvulo, pero pretendió paisajes, pronosticar planetas, pronunciar pacíficas palabras. Para promover pedagogías, protagonizó pantanosas polémicas, peón pequeño, privada pieza perseguida. Plañidero, palideció. Pagano, palurdo, parloteó palinodias. Prudencio palpó pálidas pantorrillas puertorriqueñas, primaverales pechos portugueses, pelirrojos pubis pretorianos, picudos pezones patagónicos. Pude perderse por planear porfías, por pergeñar pasquines, prácticas perjudiciales para próceres precavidos. Platicó polaco para provocar pactos políticos. Pécoras, pelanduscas, penitentes perdidas, promiscuas prostibularias persistentes, posan para Prudencio, pintor perfeccionista, pulidor pulcro. Pinta putas por pagarles, por purificarlas, por piedad. Pobre paladín para poco, Prudencio pordioseó peregrinando, peligró pendoneando, palmó pedorreando. Por Plutón, por Proserpina, por Pomona, por Prometeo, por Patroclo, paro.
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