20.12.23

Una oración


Era entonces Dios el borde preciso de una palabra.

Era barro, era semilla. Noche con su cetro de sílabas.

No se pudo, sin embargo, descifrar la trama secreta.

El aliento primero. El olor del mundo cuando se hace.

Madura, morosa y delicada, la palabra, tan gastada,

Percute geografías, funda templos, forja almas.

No hay comentarios:

La nieve en Lucena

No atino a encontrar razones, quizá la falta de tiempo o que no haya tenido quien me inicie, una mano precursora, un espíritu generoso, los ...