11.1.25
Historietas de Sócrates y Mochuelo/ 9
Vivir fatiga, desear cura, conforta. La realidad no se anhela: comparece a veces inadvertidamente o se las ingenia para abatirnos. El deseo no es preciso que cumpla: basta su presencia, alguna evidencia de que su invocación nos hizo pensar que ya era nuestro. Sócrates está molido. Mochuelo advierte que la realidad se ha impuesto al deseo. No hace falta mucho discurrir para alcanzar esa certidumbre. Sucede siempre. Lo que cuenta, tal vez lo único que cuenta, es que el deseo, en ocasiones, cuando las circunstancias son favorables o el azar no lo malogra, se hace realidad y las dos palabras significan lo mismo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Incertidumbre
Me pregunto qué hará Dios en lo más oscuro de la noche. Si abrazar la tiniebla es un oficio. Si el cielo, cuando irrumpe la luz, está li...
-
Con suerte habré muerto cuando el formato digital reemplace al tradicional de forma absoluta. Si en otros asuntos la tecnología abre caminos...
-
Hace algunos años o algunos cursos (los maestros confundimos esas dos medidas del tiempo), escribí este cuento para los alumnos de sexto d...
-
Tinto Brass , en cierto modo, es un viejo verde con una cámara: uno del tipo que cambia los Anales de Tácito o las Obras Completas de Giaco...

No hay comentarios:
Publicar un comentario