Procesos asociativos involuntarios: ayer la mención del lentisco que escuché a T. me hizo pensar en F. y en su amor a la botánica y a los juegos de palabras. Él hubiera dicho algo sobre la imposibilidad de que una planta tenga la facultad del movimiento, sea lento o rápido, o habría hecho nacer la palabra "rapidisco", que vendría a ser un lentisco (o entina o dentisque) liberado de sus compromisos cinéticos, emancipado y abierto a probarse en circunstancias inéditas. Yo recordé un libro de Eloy Tizón, con quien acababa de hablar por teléfono poco antes. Lo títuló "Velocidad de los jardines" y volví a casa con un runrún de arbolillos convidados por el aire a festejar las nubes. Esta mañana me he levantado pensando en el lentisco, en si un jardín puede adquirir el atributo de la velocidad, en si F., si me leyera, no es de redes sociales, esbozaría una sonrisa de las suyas y añadiría otra palabra a su diccionario privado. Creo que todos tenemos uno: lo agasajamos con entradas nuevas a diario. El lenguaje avanza porque no estamos quietos y nos duele sentir que la raíz nos ata a la tierra.
16.1.25
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