El bosque no tiene un porqué. Tampoco esta ventana desde la que veo el patio y el cielo lento y gris de esta mañana de sábado en la que llueve sin entusiasmo y unas gallinas del corral vecino debaten la bondad de la mañana. Los porqués nos tienen más ocupados de la cuenta. Se les ha encomendado decir lo que tal vez no deban. Saber arruina sentir, conocer es olvidar. Solo cuenta lo que todavía respira, el misterio hondo con su cuenta de milagros. La poesía es la verdadera ciencia del futuro. Explicará lo que la razón no alcanza. Entender algo hace que lo olvidemos. Solo es nuestro lo que perdimos, escribió mi buen Borges. Yo, tan de perder las cosas, no las acabo de perder nunca. Ahora me acuerdo de amigos que perdí y los siento cerca. Da igual que no nos veamos con la frecuencia de antes. Qué más dará el porqué. Saber que se tienen, sentir que nos esperan.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Incertidumbre
Me pregunto qué hará Dios en lo más oscuro de la noche. Si abrazar la tiniebla es un oficio. Si el cielo, cuando irrumpe la luz, está li...
-
Con suerte habré muerto cuando el formato digital reemplace al tradicional de forma absoluta. Si en otros asuntos la tecnología abre caminos...
-
Hace algunos años o algunos cursos (los maestros confundimos esas dos medidas del tiempo), escribí este cuento para los alumnos de sexto d...
-
Tinto Brass , en cierto modo, es un viejo verde con una cámara: uno del tipo que cambia los Anales de Tácito o las Obras Completas de Giaco...
No hay comentarios:
Publicar un comentario