18.6.21
Leer (una vez más)
Cuando el acto de la lectura rivalice con el de ver la televisión no nos preocupará recordar dónde dejamos el mando a distancia. Lo que nunca hará la televisión es convidarte a imaginar. Por mucho que se afane, no es cosa de hacer sangre, algo bueno tiene, no logrará igualar al hecho sencillo de pasar de un renglón a otro y pasar después de una página a la siguiente. Si el veneno de la televisión se administra en edades púberes (o anteriores) costará extraerlo, aunque sepamos qué antídotos lo neutralizan. Quiero pensar que la lectura es una especie de deslumbramiento. Puede inducirse su hallazgo, pero no hay una receta milagrosa. En todo caso, la única que ahora se me ocurre es la de la fascinación misma, la del amor puro por lo que el libro cuenta. Es dar con uno que nos seduzca y todas las demás seducciones vendrán sin esfuerzo: las buscaremos sin esfuerzo, vendrán sin que ni siquiera las solicitemos. Yo empecé a leer tarde y creo haber compensado ese inargumentable retraso. Lo que no tuve fue el dulce refugio de una novela de Julio Verne cuando el único refugio del mundo es una novela de Julio Verne en la edad en que leer es vencer al demonio del aburrimiento. Acude con tanta frecuencia que no he logrado entender cómo es posible que haya quien prescinda de la literatura o del cine o de cualquier arrimo a nuestra vida que la adorne o la llene o la duplique o la convierta en la delicia absoluta de escuchar lo que a otros se les ocurrió para que nosotros (felices lectores) pudiéramos alimentar nuestra inquietud y ese hambre infinita de belleza y de inteligencia que a veces únicamente proporcionan los libros.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
El corazón y el pulmón
No saber qué hacer cuando no se escribe, no tener paliativo, no aducir cansancio, ni siquiera colar la idea de que la musa se ha fugado o...
-
A elegir, si hubiera que tomar uno, mi color sería el rojo, no habría manera de explicar por qué se descartó el azul o el negro o el r...
-
Almodóvar c arece de pudor. Hitchcock tampoco era amigo de la contención. Cronemberg ignora la mesura y se arriesga continuamen...
-
E n ocasiones, cuando se ponía sentimental, mi padre me concedía una parte suya que no era la acostumbrada. Abría el corazón, mostrab...
1 comentario:
Que decirte!!
Primero me encanta la imagen que ilustra el texto, con el que por supuesto estoy de acuerdo 100%.
Ofrecer a un niño un libro desde temprana edad es abrirle las puertas a un universo para toda la vida.
Fomentar el habito lector en la niñez hace que todo sea más facil en las etapas siguientes. Todos tenemos inquietudes y gustos pero tambien hay que estimularlos y despertarlos. La verdad es que pocos padres a la hora de hacer un regalo piensan en un libro, la mayoria compra un juguete( que seguro será descartado prontamente en algun rincon de la casa). El libro y la posibilidad de que alguien les lea cuando son pequeños , de generar esos tiempos para la fascinacion , el descubrieminto, el asombro marcan de alguna manera el futuro de ese ser. Un abrazo y muy buen fin de semana
Publicar un comentario