2.6.21

Dietario 125


 Tiene el verano el contenido exacto de pereza para que nos parezca una estación idílica, cuando no lo es. El abuso de la luz quema la retina, la sensación de estar continuamente sudando agría el carácter y las noches, cuando no nos permiten respirar aire que no sea tórrido, avanzan con una lentitud a la que no le hace oposición el sueño, que tarda en llegar o llega mal y nos sobresaltamos con la obsesiva idea de que debiéramos haber nacido anfibios o peces, directamente peces. Es el agua el referente inmediato y consolador. La bebemos, nos zambullimos en ella, hasta la incorporamos a la conversación y se cita con más frecuencia que en las demás estaciones, donde (salvo que llueva) apenas se solicita. Hay un momento de excepcional comunión con la vida (en su más bondadosa extensión, en su lírico apresto) que consiste en sentir que todo en nosotros es agua. Será porque es así, sin que intermedie ninguna licencia poética o ninguna hipérbole humorística. Somos agua. Huimos del sol. Escribo en plural y tendré detractores con fundada capacidad de contradecirme. Huyo del sol, pues. Hago casa en la sombra. La persigo en las calles en cuando la obligación me tira a ellas. Cada vez que arranca un verano (el comenzado ayer fue tímido, con fresco incluso hasta media mañana en mi pueblo) pienso en todo lo que me apetece hacer y que, por unas causas y por otras, he ido postergando. La lista sería inacabable. No la recorto: continúo arrimándole tareas. También eso es un place: pensar en todo a lo que dedicarías tu tiempo, declaradamente libre, ofrecido a esa pereza aplazada tantas veces y que, cuando irrumpe, no sabes qué hacer con ella. Huyo  del sol, pero amo la luz. Ella lo impregna todo. Claridad y conciencia de que está. Este verano será el de la claridad. Me empeño en ello. 

1 comentario:

eli mendez dijo...

Comencé riendome mucho porque era leer y verme en un espejo ! vivo a una cuadra de la costa , me encantaaaaa pero en soledad, caminar, disfrutar de todo pero cuando llegan los turistas y las playas están saturadas, literalmente, me quiero suicidar..Los amaneceres y anocheceres del verano son soñados, pero las horas pico , de altas temperaturas, son mortales..Obviamente es lo que disfruta la mayoria.
Un abrazo y que tengas un dia excelente.

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