Tuve un profesor de inglés en el instituto que venía de vez en cuando con una canción bajo el brazo. Repartía las fotocopias y la escuchábamos hasta que la letra nos salía por las mismas orejas. Curiosamente ése es el recuerdo que tengo de él. El de atinar en la canción, en hacer que algunas de ellas se guardaran y todavía me emocionen y hagan que aquellos años regresen con una claridad pasmosa. Recuerdo Message in a bottle de The Police, Bridge over troubled waters de Simon and Garfunkel, The partisan de Leonard Cohen, We've only just begun de The Carpenters y esta maravilla de John Denver. Hoy soy yo el que reparte las fotocopias. Son The Rolling Stones (Angie), Phil Collins (Yoy can´t hurry love), Elton John (Your song), Bob Dylan (Man gave name to all the animals), The Beatles (Yesterday) o incluso (a petición popular, no mía) Katy Perry (Rour). En cierta ocasión, un alumno (ya metido en doctorados y en cosas que no sé ni nombrar) me dijo que fui yo el que le enseñó quiénes fueron los Rolling. Hasta les puse un video de sus satánicas majestades en Hyde Park. No eran tiempos de banda ancha ni de youtube así que tiré del VHS que tenía en casa y de la tele gigantesca que iba de clase en clase en una mesa con ruedas que chirriaba pasillo abajo como si la estuviesen matando. Una vez, en una barra de un bar, algunos años después, hablamos de este bucle. Le dije que el círculo se había cerrado. En lo demás, Pepe (nunca fue Don José), el maestro del Instituto, en Córdoba, se ha difuminado. Quizá otros maestros permanecen con más afecto o hicieron que yo fuese mejor alumno o mejor persona. Lo que no se han borrado son esas diez o quince canciones, no debieron ser más. Ojalá un día él pueda cerrar el círculo conmigo en alguna ocasión en que me encuentre. Le diría que una parte de la razón por la que yo haya sido maestro vendría de esta canción de John Denver, que el buen hombre (le recuerdo grande y de una paciencia sobrehumana) escogió para que nos animáramos en el aprendizaje del idioma. No sé si lo reconocería. Hasta he perdido el recuerdo de su voz. La memoria es un artefacto antojadizo, pero en ocasiones comparece limpia y nos hace sentir gratitud. Esta mañana, bien temprano, he buscado el disco de John Denver y he viajado a 1980.
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