Hoy podría haber sido
el día de los zascandiles de las provincias de ultramar o, a saber,
los comisionistas bursátiles,
los enamoradizos,
los charcuteros que leen poesía pastoril,
los que escuchan ópera en singular trance,
los hispanistas laureados,
las croquetas de rabo de toro,
las mujeres de virgo intacto,
los padres ,
el día de los comedidos,
los niños con inteligencia emocional elevada,
los que se asoman al balcón a la espera de que unos estorninos dancen en el festejo del alba,
las divas del bel canto con mirada estrábica,
el bebop de la costa este,
los reponedores de latas de cerveza,
los gladiadores turcos,
los circuncidados por geishas del siglo XVII,
el nacionalismo carpetovetónico,
el clarividencias metafísicas,
los casquivanos,
los correctores de estilo,
los registradores de la propiedad helvéticos,
los que apoyan todas las mociones de censura,
las meretrices de los reinos perdidos,
los abdicantes,
los abducidos,
la música sacra,
los sumilleres del Ampurdán,
los torreznos de Soria,
los afantasmados,
los hipertensos,
los almibarados,
los poetas que nunca publicaron un libro,
los deconstruccionistas,
las virtudes teologales,
los insurgentes,
los que hablan como Yolanda Díaz,
la obnubilación,
los babilónicos de espíritu,
los damnificados por el VAR,
los ilusos,
los reincidentes en la avaricia,
los recalcitrantes,
los que se tatúan en el brazo izquierdo la cara de su madre a los quince años,
los ofendidos,
los amigos del disco dedicado,
los calumniados,
la gamba blanca de Huelva,
los metalúrgicos aficionados al Scrabble,
los jugadores del Betis con el ligamento cruzado de la rodilla derecha roto,
la divina providencia,
las promesas rotas,
los deseos cumplidos,
los principios incontrovertibles,
los aduladores empedernidos,
los prestamistas demacrados por el cansancio,
los condescendientes,
las presencias invisibles,
los desabridos,
los juramentados,
las bienaventuranzas,
la novela negra húngara,
la poesía pícara,
los policías de las metáforas,
el cordero de Dios,
los torpes,
los salidos,
los grandes consumidores de buey de Kobe,
los que no han estado nunca en el área 51,
la prevención de riesgos morales,
los lobotomizados,
los perniciosos,
los resistentes al desánimo,
el día de los conspiradores,
los karatekas de las provincias costeras,
los confortados por la gracia divina,
los trémulos,
las tormentas en el Mar del Norte,
los pusilánimes,
los condicionamientos previos,
los huraños,
los dimisionarios albaceteños,
el pensamiento divergente,
el soltero jacarandoso,
los evangelios apócrifos,
los nacidos en día par,
los lectores de parábolas en las homilías,
las mujeres con pechos descomunales,
los santificados por la gracia del Espíritu Santo,
los putañeros,
los proyeccionistas de cine porno,
los mostos de Jerez,
los niños que han padecido soledad en los recreos,
los onanistas,
las mantas de recio paño leonés,
la poesía sufí,
los que saben quién mató a JFK,
los que donaron su fortuna a una oenegé mozambiqueña,
los que tienen un máster en aceleración de partículas,
los que beben absenta,
los poetas con libros traducidos al rumano,
las niñas que todavía quieren ser princesas,
los que han leído todos los premios Planeta,
los advenedizos,
los demagogos,
los escuchimizados,
los anglófilos nacidos en alta mar,
las tortugas azules,
la prensa bursátil,
los lánguidos,
los peluqueros de los Ramones,
los apocalípticos,
los que no han leído a Thomas Pynchon,
los sietemesinos aficionados al póker,
los entrampados,
los fans del Cardenal Richelieu,
los benefactores,
los que han estado en Ford Knox,
los discos de pizarra,
los hombres con disfunción eréctil,
los beneficiados por la lotería de navidad,
los catadores de vino de Jumilla,
los terratenientes ágrafos,
los terraplanistas levogiros,
las juventudes sacrificadas ,
los matemáticos con diabetes tipo 2,
la poesía germánica medieval,
las sublevaciones,
las citas de Paulo Coehlo,
los poetas que se parecen a Kavafis,
los grandes sintagmas preposicionales,
los helados valencianos,
los lisérgicos,
los solos de guitarra de los gloriosos setenta,
los lápices de sesenta y cuatro gigas,
los gongoristas de Utah,
los degustadores de caviar,
los metales pesados,
las canciones melifluas,
los juancarlistas del Atlético de Madrid,
los zopencos,
los cofrades,
los actores obesos,
los pantagruélicos,
los imberbes,
los amigos de las tabernas,
los actores porno muertos,
los que prefieren los Beatles a los Rolling,
los versos alejandrinos,
los correveidiles,
el diagrama de Venn,
el producto cartesiano,
las erecciones imprevistas,
los hombres que fuman tabaco cubano,
la sonrisa ambigua,
el peligro amarillo,
los amores perdidos,
la ebriedad,
los que cogen un micro y cantan My Way,
el odio al lunes,
los querellantes,
los viandantes que llevan libros de cocina egipcia,
los estultos con conciencia,
los novios abisinios,
los arias de Verdi que duran menos de seis minutos,
los exégetas de la historia del pueblo hebreo,
el atún encebollado de Barbate,
los que vieron a Hazard meter goles en el Chelsea,
los doce caballos alados sobre Berlín,
el paludismo,
los hijos no deseados,
las vírgenes vestales,
el anacoluto,
las falsas creencias,
la psicofonía,
las cefaleas,
los que dejaron de fumar en 1985,
los fondos marinos,
la disidencia,
la bilocación,
las viudas con bonos del tesoro,
los agujeros negros,
la pasta siciliana,
los palafreneros del siglo XVIIl,
los aforistas calvos,
los adoradores de los dioses primigenios,
los buzos con tres hijos albinos,
los aviadores alsacianos,
los taimados,
el vino albano-kosovar
los reprimidos,
la responsabilidad cinegética,
las grandes masas orquestales,
los enamorados de la música zíngara,
los psiquiatras argentinos,
las madres confusas,
los felices años veinte,
los cansinos sintomáticos,
los inocentones,
la duda metódica,
las palabras esdrújulas,
los céfiros,
las flores del mal,
las locuras que se hacen antes de cumplir los veinte,
los desencantados,
los golpes de efecto,
los números primos,
los algoritmos neperianos,
el whisky de malta,
los besos con lengua,
los supervitaminados,
los humedales,
las lenguas muertas,
la cultura precolombina,
los osos polares,
los que predican en el desierto,
las estatuas ecuestres,
la conciencia de clase,
los sainetes castizos,
la crema de espárragos,
los obsecuentes,
los fotógrafos del humo,
los percebes a buen precio,
los famélicos,
los desmemoriados,
los euclidianos,
los pitagóricos,
los samaritanos,
los que escuchan la voz de sus abuelas muertas,
los coleccionistas de discos de jazz de los años cincuenta,
los intoxicados,
los grandes almacenes en la periferia,
los hombres silenciosos con asma,
los niños que dicen buenos días al entrar en la escuela,
los abuelos que juegan a la petanca en la plaza del pueblo,
los devotos de San Alberto Magno,
los que en una ocasión amaron y no se vieron correspondidos,
los estajanovistas,
la verdad objetiva,
los desasidos de raciocinio,
los empantanados por la realidad,
los energúmenos reconocidos,
los jibarizados,
los que leen a diario la prensa deportiva local,
la hilaridad,
la pesadumbre,
los políticos con vocación tardía,
los comprometidos con la capa de ozono,
los que dejan para el fin de semana salir de paseo con la familia,
los que nacieron en luna llena,
las albricias,
los actos de fe,
las palabras esdrújulas que empiezan con hache,
los gremios primitivos ,
los eyaculadores precoces,
los mensajeros del miedo,
los sacerdotes de pueblos de menos de dos mil habitantes,
las infidelidades,
las regiones oscuras del alma,
el día de los barcos que se quedaron atrapados en el hielo,
los marsupiales,
los maquis tartamudos,
las tinieblas cayendo sobre nosotros,
las borracheras idílicas,
los enamoramientos infinitos,
los tergiversadores,
los demonizados, ,
los transexuales árabes,
los payasos con sobrinos estigmatizados,
los directores de serie B,
las novias despechadas,
las actricesporno en paro,
los poetas mugrosos,
los futbolistas extranjeros en la liga española,
los monos de Gibraltar,
las preñadas concupiscentes,
los matemáticos sin plaza docente,
los liberados sindicales,
las formulaciones químicas,
los adoradores de Mefistófeles,
los que de pequeños disfrutaron de Fu-Manchú,
los fornicadores vocacionales,
las niñas precoces,
la vírgenes suicidas,
las contemplaciones bucólicas,
los que sintieron la llamada de la fe,
los desangelados,
el blues del delta del Mississippi,
los desangrados,
la espuma de la cerveza de Praga,
los mcguffins de Alfred Hitchcock,
la flaqueza de la carne,
los vampiros subjetivos,
el día de las nubes imposibles,
los rinocerontes rojos ,
los zoológicos belgas,
los machos alfa,
la leche pasada de fecha,
la ciudadanía echada a la calle,
los médicos sin plaza hospitalaria,
los abogados sin ningún caso ganado,
los cornudos deplorables,
los que se creen que se abrieron las aguas,
las monjas descalzas,
los abstemios del Turdistán,
los hijos de los espías de la KGB,
los impotentes,
los plenipotenciarios,
el día de los cien mil hijos de San Luis,
los que entran en trance con las cantatas de Bach,
los antiguos porteros del Logroñés,
los que alguna vez tuvieron una pájara en bicicleta,
los afrancesados,
los cariacontecidos,
los bastardos con conjuntivitis,
los pusilánimes,
los que confiesan a diario en misa de doce,
los implicados en las causas corruptas,
los que sacan a pasear el perro y recogen la caca y la echan en una bolsita y luego la depositan en una papelera,
los comedores de loto,
los electrones zurdos,
los empoderados,
los mojigatos,
los abigarrados,
los entenebrecidos,
los jocosos,
los hacendosos,
las trompetas del apocalipsis,
las grandes palabras de los santos mártires,
estupefactos,
los hijos de recaudador de impuestos,
los productores de lana virgen,
los que no han probado los callos de ternera,
los estraperlistas,
los directores de orquesta noruegos,
los que pagan sin chistar las multas,
el rap canario,
las turbulencias financieras,
los muertos de los conflictos bélicos,
los derechos de los fumadores pasivos,
la facundia,
la distopía,
los cuentos chinos,
los vendedores de enciclopedias,
las mujeres que no han sido besadas por galanes de los años treinta,
los suicidas con una cátedra de literatura indonesia,
los que componen música sacra,
los que coleccionan filatelia eslovena,
los niños que leen a Góngora antes de cumplir los nueve,
las ninfómanas de ojos verdes,
los soberanistas,
los previsores patológicos,
los que sufren en el inodoro,
los que se comprometen a salvar el planeta,
la duda razonable,
los profilácticos,
el transhumanismo,
el ditirambo,
la vulcanología precámbrica,
los hackers funámbulos,
las pin ups nacidas en Ohio,
la deconstrucción culinaria,
las actrices del método,
los que pierden los nervios a la primera de cambio,
el día de los infartados,
el día de los pobres de espíritu,
el día del parchís,
el día del orgasmo,
el día del orgullo sinfónico,
el día de los atropellados en los pasos de cebra,
el día del tarado consecuente,
el día de los despreciados,
el día de los convidados de piedra,
el día de los eternamente quejumbrosos,
el día de los que no tienen nunca nada mejor que hacer,
el día de los que creen que les asiste la razón siempre,
el día de los que nunca discuten,
el día de los que aman al prójimo más que a sí mismos,
el día de las mujeres con vello en las axilas,
el día de los que sueñan con viajar a 1764,
el día de los que pierden la lista del supermercado,
el día de los que son buenos,
el día de los indios sioux,
el día de la marmota,
la mixomatosis,
los fanáticos de la LOMLOE,
los que nunca jugaron al golf,
los que sufrieron en silencio las hemorroides,
los plañideros,
los lectores octogenarios del Ulises de Joyce,
los que nunca han escuchado a Stockhausen,
los grandes porteros rusos,
los astronautas zurdos,
las mujeres con un premio Loewe de poesía,
el día de los timoratos,
los que tienen un disco firmado por Elvis,
los abstemios ficticios,
los sátrapas condescendientes,
los púgiles melifluos,
los versados en literaturas germánicas medievales,
las mujeres con menstruo abundante,
los lenguaraces,
los ladinos,
los montaraces,
los estraperlistas,
los cadenciosos,
los petrimetres,
los sicalípticos,
los adanistas,
los famélicos,
los vindicantes,
los cadmios,
los pertinaces,
los perogrullos,
los ninguneados,
los catecúmenos,
las aves estinfálidas,
los hipocondriacos senegales,
los que hablan solos y creen que hablarán con Dios un día y…
el día de la felicidad, al que le quedan poco más de dos horas para que caduque. Dará paso al de la poesía. Mañana escribiré un poema. Esto ha salido largo, pero he sido feliz mientras lo escribía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario