Cree el aire ocupar la extensión de los cuerpos, madurar entre el asiento del verde en los árboles y la fuga del azul en el cielo. El aire festeja un entusiasmo de olores mientras la luz lo corteja. El día duda en si abrir o cerrarse. Se desordena la mirada, clausura la costumbre de la luz y la del aire. La noche irrumpió con su lentitud de veneno. La mañana con su promesa de limpieza. Es lunes. Gris todavía, con la pereza a cuestas de la noche, pero romperá la prevista claridad.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Las cuentas del poeta
Un hombre abre con desmesura sus ojos hasta que arde. El fuego ocupa la tarde que bulle como un beso novicio. Este desnudo en mitad de un su...
-
A elegir, si hubiera que tomar uno, mi color sería el rojo, no habría manera de explicar por qué se descartó el azul o el negro o el r...
-
Almodóvar c arece de pudor. Hitchcock tampoco era amigo de la contención. Cronemberg ignora la mesura y se arriesga continuamen...
-
E n ocasiones, cuando se ponía sentimental, mi padre me concedía una parte suya que no era la acostumbrada. Abría el corazón, mostrab...
No hay comentarios:
Publicar un comentario