Quien sostiene la muerte de un pájaro en su mano adquiere la facultad del vuelo. Etérea facultad no tangible. No existe bibliografía alguna sobre la naturaleza del flujo del alma del ave a la de quien la porta, no se ha registrado evidencia de que el invadido por ese espíritu ice el vuelo, pero en ese prodigio imposible reside la misma naturaleza de la poesía. Es ahí en donde se ha confinado el numen. De la misma forma, obrado un milagro similar, el que acompaña la muerte de un semejante recibe sus tristezas y sus júbilos, los pecados que cometió en vida y las virtudes que lo engrandecieron ante los demás. Que no haya acto que corrobore esta mera especulación narrativa no significa en modo alguno que no pueda ser cierta. Es la dulce maraña (el estrépito, el delirio, la locura) de la fe lo que sustenta esta aseveración. En la poesía subsiste de forma primaria y pura otra fe, la de la belleza, que es conocimiento y es hondura del cuerpo al encontrarse con el espíritu. En lo invisible, en esa sustancia sin argumento, es en donde se arrima el asombro y abreva. El ala festeja el vuelo.
15.5.21
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Comparecencia de la gracia
Por mero ejercicio inútil tañe el aire el don de la sombra, cincela un eco en el tumulto de la sangre. Crees no dar con qué talar el aire ...
-
A elegir, si hubiera que tomar uno, mi color sería el rojo, no habría manera de explicar por qué se descartó el azul o el negro o el r...
-
Con suerte habré muerto cuando el formato digital reemplace al tradicional de forma absoluta. Si en otros asuntos la tecnología abre caminos...
-
Celebrar la filosofía es festejar la propia vida y el gozo de cuestionarnos su existencia o gozo el de pensar los porqués que la sustenta...
1 comentario:
Precioso texto!!!Coincido totalmente!!
Muy buen domingo!
Publicar un comentario