28.6.25

Las inminencias

 Tardar en comprender el mundo es lo mismo que sentir ancho un párpado. La luz se divierte en estas menudencias de la inteligencia ociosa. Ayer vi una señora que hablaba con su perro. Le decía ven, le decía hoy te estás portando mal. Al perro no le incumben las dolencias del alma de quien lo saca a pasear. El perro es una anomalía. También la señora. Si me dicen ven, te estás portando mal, haré bien en no darme por aludido, en vestir la indiferencia con el silencio, en probarme en la intendencia de la disidencia, en hacerme el sueco. El personaje desoye la admonición y va a su antojadiza bola por los meandros del cuento en el que habla, compra el pan, hace la cena y cree que todo es la inminencia de algo extraordinario a lo que no logra dar cuerpo. He sido reprendido muchas veces, piensa o pienso. Creo que he sido de poco reprender a los demás. Alguna vez, forzado, convencido de que podría poner el mundo nuevamente en pie y verlo avanzar hacia la nada de donde procede. He sido la señora paseando un perro las veces suficientes. He dicho ven. He hablado, comprado el pan, hecho la cena. Luego están las inminencias. La luz es una anomalía. El mundo es el párpado aturdido por la luz. Es de la luz el mapa de las sombras. Pero son sombras las que levantan las montañas y trazan los ríos por el papel del atlas. Cómo podría hacer ver a la señora que el perro ni ella existen. Que alguien los sueña. Que alguien los impone a la realidad. Y no sabremos nunca qué afán hará que el animal se aleje con esa voluntad sorda y medre en la memoria de quien lo inventa o lo mira, ni si la señora se romperá en lamentos y comprará en la tienda de animales domésticos un nuevo chucho al que sacar a pasear. Los cuentos se desdicen a la vez que se van pronunciando. Qué haces aquí, dónde iremos, cómo terminará esto. Son las preguntas que no tienen respuesta. La que se urda para aliviar la incertidumbre será frágil, se desvanecerá a poco que se piense en ella. Hoy mismo estoy por decir que la señora y el perro estarán en la puerta de mi casa cuando salga. Todo estarán un delicado sistema de equilibrios. Todo lo que está a punto de ocurrir ya ha ocurrido. 

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