3.3.21

Una entrevista

 Una entrevista. No sé si soy el que hace las preguntas o quien responde.


             ¿Qué brebajes le tonifican?
Los vicios del pensamiento. Puede añadir los del amor.
             ¿Cuáles son los vicios del pensamiento?
Los que lo predisponen al asombro y a la fascinación sana.
             ¿Cuáles son los vicios del amor?
Los mismos.
              ¿Para qué sirve el asombro?
Para que el corazón lata con un sentido o para ser deslumbrado por la realidad, que a veces se entenebrece.
               ¿Hacia qué se debe sentir fascinación?
Hacia la belleza y hacia la inteligencia, da igual el orden, incluso justamente ambas. Escriba también hacia el amor.
                ¿Hay algo más importante que la belleza y la inteligencia?
No, no lo hay. Corrija: tal vez el amor.
                 ¿No cita a la fe?
Depende de a qué fe nos refiramos.
                 ¿Carece usted de fe?
No. Tengo fe en el asombro, en la belleza y en la inteligencia. Añada en el amor.
                 ¿Y fe en la palabra de Dios?
Soy pagano en asuntos del alma. Todo lo que concierne al alma debe prescindir de metafísica.
                 Eso es un contrasentido.
Uno maravilloso, por cierto.
                 ¿No hay más allá?
Siento que debo atender sólo a la evidencia. En lo evidente, el más allá es una metáfora, un desear quedarnos, un querer no irnos.
                 ¿No siente usted que para no creer en el más allá no deja de escribir sobre ello?
Absolutamente.
                  En otro orden de cosas, ¿la literatura es un instrumento o un fin?
Ambas cosas. Es herramienta y es objeto de esa herramienta. No sabría ahora hacer prevalecer uno sobre otro.
                  ¿Lee un escritor de modo distinto a quien lee y no escribe?
No he tenido nunca oportunidad de razonar esa pregunta.
                  ¿A qué no renunciaría?
Probablemente a la imaginación. Ella es la que lo acoge todo.
                  Diga un método infalible para ser feliz.
No aburrirse. No pensar en el logro de algo sino disfrutar del trayecto que lo anima.

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