23.3.21

Dios


Dios debe ser bueno cuando nos tiene aquí, me dice K.. La otra opción, no estar, por inadmisible, realza y prestigia las restantes. Se prefiere la credulidad, no caer en el vicio de cuestionarlo todo y a todo poner traba y duda. Tiene Dios todas las de ganar. Es más fácil creer en él que aplazar o negar su existencia. Hay mañanas en que anhelas fieramente que se te escuche. Pides elevar la cumbre del día que acaba de imponerse ante ti. Por otro lado, no tiene mucho sentido, si es que tiene alguno, que en esa vastedad suya caiga en la cuenta de que le estás hablando y, cosa más extraordinaria todavía, se haya apartado de otras conversaciones y se esmere en la entablada contigo, pero la ciencia es un accidente y la fe no necesita algoritmos. Descreer es un despropósito. Creer es el propósito. Me lo digo y me lo repito, lo digo y lo repito a los demás, pero no cuaja, no se impregna ese querer sin hondura. Tengo algún amigo que espera con paciencia a que la luz entre por los huecos y haga casa adentro. No hay que desestimar esa prueba absoluta de amistad y de confianza. 

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