Fotografía: Morten Lasskogen
Lo que sé de la luz lo aprendí observando las sombras. Así del alma conozco lo que me enseña el cuerpo. Los dos intiman, se dan sin reserva o discuten y no se tratan en días. Yo los atiendo con fervor, pero me desoyen. A veces me inclino por agradar a uno y escucho la admonición del otro. Los objetos son emanaciones del aire, pensé una vez. El corazón es una extensión de la sangre.
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