21.4.23

100 canciones / 21 / European female, The Stranglers, 1983




Hay canciones secretas dentro de algunos discos perdidos. No hay razón para que no estuvieran a la vista como no la hay para que de pronto se considere que deben ser rescatadas y, sin embargo, se procede con ellas con un mimo infinito y se produce esa especie de milagro que en ocasiones procura la música. De cualquier manera, siguen estando ahí adentro, secretas o expuestas, olvidadas o halladas. Hoy, al levantarme, se me vino a la cabeza sin que (una vez más) uno sepa por qué no lo hizo antes o la razón que la hará volver al lugar en donde andaba, una pieza ochentera, ninguna novedad eso. The Stranglers. Llevaba ya unos días guardándola, sin darme cuenta tal vez. No son cosas que se organicen o se piensen seriamente. No nos incumben. Somos reproductores de una voluntad ajena. Felices, no crean, pero ignorantes. A mí me hizo inmensamente dichoso durante un tiempo. Sigue produciendo esa misma placentera sensación de plenitud y de agradecimiento. 


Un amigo al que ya veo poco sostenía que los grupos duros manejaban con más maestría (y también afecto) las piezas lentas. Como si el esmero se volcara en la suavidad y la rudeza se aplicara únicamente en las partes ruidosas. Nunca me habló de The Stranglers, que es una banda punk o nacida del punk y reconvertida al rock, pero curiosamente  conocida por una delicadeza llamada Golden Brown, más que por las canciones clásicas, de poca o nula dulzura. A mí siempre me fascinó ésta. Mejores músicos que otras bandas de la época, The Stranglers no consiguieron la aureola mítica de The Jam o la pujanza icónica de Sex Pistols o la contundencia absoluta de The Clash. Su manera de hacer las cosas (sin colgar grandes éxitos, pero sin hacer una canción mala) les hizo publicar algunos discos muy buenos (La Folie o Feline, que son los dos en vinilo que yo compré) y otros más mediocres (recuerdo ahora In the night, que me resultó insulso). The european female (in celebration of) es un pequeño himno. Lo del tamaño no me ha salido a posta. Hay canciones que están agazapadas en tu cabeza, como no dejándose ver, pero que de repente prorrumpen y te ocupan un día. La tarareas, piensas en ella, cómo la escuchaste la primera vez, a quién le confiaste el hallazgo. Yo tengo a recaudo todas esas cosas. La memoria falla en otros asuntos, pero se mantiene firme en éstos.

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