No figura en ningún mapa, es lo que siempre sucede con los lugares de verdad, los cartografiados. Lo escribió Ismael, trasunto de Melville en Moby Dick. Sitios que no están, algunos que ni siquiera tienen posibilidad de imponerse a la realidad y perdurar en ella, pero de los que se posee una idea romántica, de una plenitud absoluta, ocupando la entera capacidad de fascinación de la que somos capaces. Como una religión. Como la capital de verano del imperio mongol de Kublai Khan. Delicias del paladar de la memoria. Gozos de la imaginación. Será porque es lunes y hay que empezar la semana con ímpetu.
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