Yo quiero amar
como amaba Gabriel Celaya.
Quiero extender mis brazos,
tocar el azul mismo del cielo,
la verdad del alma.
Saber que mi amor
vuela a lo divino.
Que mi voz cuando canta
convoca un esplendor
al que no alcanza la tiniebla
ni el estrago con el que el tiempo
disuade a los amantes.
En un latido único
la sangre ocupará
la travesía de la carne.
Yo quiero amar
como amaba Gabriel Celaya.
Quiero amar
el deseo sin propósito.
Confundirme adrede
con toda la elocuencia
del agua cuando irrumpe
y traza un mapa de luz.
Delira el ocupado
trasegar de las palabras.
Son del amor
todas sus respiraciones.
Es aire puro
que sublima el cielo.
Ser la limpia
convocatoria de la dicha,
la esperanza.
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