ayer escuché a charlie parker en un supermercado, irrumpió cuando abordé el pasillo de charcutería y luego me acompañó hacia la fruta. donde el ruido de la gente hacía que flaqueara el fraseo, no entendí cómo la gente no dejaba de echar cosas al carro, dejaba de comprar cerveza, lejía, pan de molde, bayetas, leche semidesnatada, galletitas saladas, vino rosado, croissants, cintas para el pelo, aguacates, after shave, cinta de lomo, queso francés, gamba blanca, donuts, carne de vacuno, cerveza checa o berberechos y se ponía a escuchar a Charlie Parker en mitad del pasillo, en silencio, en trance, abriendo y cerrando imperceptiblemente los ojos, como si de pronto acaeciese una especie de milagro y se le hubiese adjudicado el cometido de asistir a su representación, en atento espectador, no vaya a ser que algo se pierda y no se registre toda la belleza, pero no pasa, eso no pasa nunca, qué va a pasar, ni yo hice eso que ahora me parece tan normal, pararse, darse el arrobo pequeño del placer cuando se te arrima, es que no hacemos cosas que llaman la atención, hay algo que nos cohíbe, se nos advirtió, se nos dijo ten cuidado, no te expongas, pasa desapercibido, no queremos descuidar un protocolo aprendido, del que no nos salimos, por precavidos, por temor al qué dirán, qué imagen daremos, si no perderemos el prestigio que hayamos podido ganar, cuidamos de que no nos miren mal, estamos siempre cuidando de que no nos miren mal, hacemos lo posible para que nos miren bien, para encajar, para ser una parte relevante de la tribu, no una apartada, ni la parte prescindible, la que da miedo o la que no se entiende, solo debemos hacernos entender y el bueno de Parker era un incomprendido, hizo de su vida un caos, pero hemos recibido la herencia, el caos suyo es una bendición, quién sabe si es precisamente su extravío el que lo visitó con las ropas de un dios, mirad al dios, está en el supermercado tocando night and day, estoy pagando en caja, treinta con doce, escucho a lo lejos algo que se parece a bossa nova, pero no parker, ya nunca más, deme dos bolsas más, por favor
24.4.21
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