No como los ríos van a parar a la mar que es el morir, el frío carece de trayectoria, el frío prescinde del volumen. El frío es un invento de los poetas románticos o un capricho de algún dios caprichoso y rudimentario, confinado a su retiro maximalista, impartiendo su cátedra homicida, su cuchillo de palabra. El frío es un recurso literario.
El frío sucede siempre en el interior. Existe porque desciendo a mi adentro y me encuentro solo. El frío es una república de lobos. Mi palabra es una bandera sin público. Soy un espectador de mi propio delirio.
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