6.1.20
Dibucedario de Ramón Besonías 2020 / 5 / Edgar Allan Poe
No cuento con absenta para escribir con más desparpajo, sin la traba de la corrección, dejado llevar por la bruma del alcohol. No soy Poe, no podrá haber otro Poe, no se darán nunca las mismas circunstancias para que el azar alumbre un clon o una extensión del Poe favorablemente signado por los astros para ser un perfecto desgraciado dotado de una sensiblidad asombrosa. Baudelaire decía que tenía cara de cenizo, aunque tampoco la suya era la alegría de la huerta al clarear el día, pero sin Poe no tendríamos Baudelaire, ni por supuesto Mallarmé, ni tampoco Lovecraft, que era otro que baila la misma danza, pero en una clave más literaria, sin la injerencia del fatalismo, sin el empujón creativo del alcohol. No piensen en King, no habría un Stephen King si no hubiese deambulado por la tierra un Poe. Es el triste Poe el que te busca a ti a pesar de que seas tú el que repasa la balda de los libros de casa y escoge uno en la creencia de que se ha ejercido alguna especie de libre albedrío. De vez en cuando uno necesita volver a leer esos prodigios narrativos. Si se me preguntara qué autor es irrenunciable diría que Poe o Borges. Ahí están sus atroces maravillas (cito a Borges nuevamente), el triunfo de la muerte, el mármol de los sepulcros, el cuervo con una sola frase, todos los elementos que un dramaturgo escogería para representar un descenso a la locura del alma. La de Poe fue inextricablemente zarandeada por los rigores más extremos de la realidad. Fue despojado del amor y arrojado a la escritura desesperanzada de esa orfandad dolorosísima. Bloom, ese gordo con ganas de incordiar a cualquiera que no cuadre con su canon, vaya usted a saber qué cosa es esa del canon, dijo de Poe que era tan mal escritor que cualquier traducción lo mejoraría. Borges, que lo amaba, también hizo leña de ese árbol en la inercia ya irreparable de caerse y sostuvo en alguna entrevista (una en particular, que yo recuerde) que los traductores de Poe (Cortázar fue uno espléndido, a él le debo mi primera lectura de su obra) siempre le favorecían. Son maldades de escritores, asuntos que no merecen una atención más detenida. Poe fue un fabulador portentoso, hizo la mejor literatura posible, creó un universo único. Caso de que el amable lector decida buscar fracturas en su escritura, abandone el empeño. Anoche (animado a leerlo de nuevo) no encontré ninguna palabra que sobrase o que faltase. Fíjense lo que digo. Ninguna.
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1 comentario:
Paso a dejar mi huella en tus paginas. Feliz día de Reyes. Nos seguimos leyendo.
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