Pessoa se lamenta de que vivir sea, las más de las veces, un espasmo muscular prolongado, una especie de zozobra de la que no podemos zafarnos y que nos conmina a que la atendamos, aún a sabiendas de que tiene un plazo y es cada día más corto. Así su servidumbre y su hostilidad. Si se me pregunta, diré que cualquier autor al que yo lea contiene alguna frase que conviene a mi estado de ánimo. Incluso las tristes y desocupadas de júbilo, contienen una brizna de saludable bondad. Leer, pese a todo lo maravilloso que contiene, es a veces contraproducente. Un riesgo mayor que el producido si no se lee. Uno con la contención de la ficción, que aplaza la crudeza de lo real o la magnífica. Deberíamos ser únicamente tránsito, voz que se convierte en distancia, eco murmurado a lo lejos.
Lo de escribir no es un festejo tampoco. Lo digo sin ánimo de que se me entienda: no hay día en que la escritura no sea un acto de sublime armonía, pero cunde la idea de que si este afán (escribo mucho, no es algo matizable eso) no acabará rebajando otro. Vivir no es un descuido, ni una flaqueza, como escribió Pessoa, siempre tan echado abajo, en ese desconsuelo febril, en la creencia de que algo se va a romper adentro suya y no podrá repararlo. Releyendo ayer el Libro del desasosiego (páginas sueltas, muchas de una vez, sin tiento, un poco a ciegas, pero sabiendo qué me espera) he sentido la necesidad urgente de olvidar a Pessoa y la de pausar la escritura propia. Hay escritores a los que no se regresa, por más que nos hayan abrumado con su escritura. Empecé a leer tarde y, por ese retraso, empecé con riesgos. Tengo que hacer una lista con todos esos nombres censurados. Cuando la pierda, volveré a ellos. De momento, subo a Pessoa a la balda más alta del mueble. Me pregunto si no tendremos nosotros una balda a la que acogernos a la espera de que se nos reclame. Una dócil que no se guste tampoco en demasía. Cosa (imagino) de probaturas, de fingimientos, tan grata esa palabra para él.
1 comentario:
El libro parece interesante.
Publicar un comentario