27.5.18

Por la boca muere el pez y Cristiano Ronaldo



Se deja de llevar razón cuando conviene. No se rompe nada si se echa uno atrás. Depende de las ganas que se tengan o de quién sea el que ha de ser corregido o enmendado o expuesto a los argumentos de la verdad, que es siempre una cosa frágil de la que no se puede poseer título de propiedad fiable. Las veces en que la verdad se esgrime con firmeza se parecen mucho unas a otras y en ocasiones no importa dejar pasar una por alto, no darle el peso que quizá merece, pensar que da igual, pensarlo sinceramente, sin un atisbo ni titubeo. Hay gente que siempre desea salirse con la suya, no consienten que le arrebaten lo que consideran suyo, no cejan hasta que lo que arguyen se impone y quien les discute se arredra y da por zanjada la discusión. Gente que no concilia bien el sueño cuando su punto de vista no ha sido el aceptado o cuando alguien les ha convencido. No saben lo bien que se está en el lado de los perdedores. Ganar está sobrevalorado. Yo creo que ganar estresa más. Tienes que pensar cómo celebrarlo. Hoy andan de cabeza en el Real Madrid porque no saben cómo festejar su decimotercera Liga de Campeones, tercera consecutiva. No porque los jugadores no sientan el temblor divino de la victoria (el hambre de ganar y de continuar ganando tras haber ganado) sino porque uno de los suyos, Cristiano Ronaldo, ha decidido acaparar todo el protagonismo y dejar caer la idea de que se marchará el próximo año. Lo ha dicho a pie de campo justo mientras sus compañeros brincaban y reían. Tampoco Bale está de fiesta, el pobre. A pesar de su extraña chilena (más efectiva que estética) el galés dice que tiene que pensar qué hacer con su carrera y en ese plan quejumbroso. No saben ganar ni saben perder. Hablan cuando deben callar. Se deja de llevar razón cuando los argumentos que se exponen no son los pertinentes. Tal vez puedan airearse más tarde, hay un momento para todo, pero no en el momento en que otro asunto cobra más importancia. Me gusta el fútbol, me gusta mucho. Lo que me molesta es que el periodismo deportivo también desee siempre salirse con la suya. No se rompe nada si no hago la pregunta que todo el mundo espera que haga: esa es la idea. Se puede hacer mañana o dentro de tres días, pero no hoy. Era el momento de la celebración. Todo lo demás, lo que tendrá una trascendencia tremenda, ya verán, podrá ser portada y ocupar tertulias radiofónicas y discusiones de taberna más adelante, pero no ahora. Es el problema antiguo de querer ser protagonista, aunque no lo seas. Este tipo, un genio en lo suyo, se pierde cuando coge un micrófono. Yo creo que deberían dejarle marchar. Que lo fichen en Manchuria o se vaya con Iniesta a forrarse en Japón. Ah perdón, me equivocaba, que él sólo desea batir más récords. Qué cansancio de criatura, qué perfección más cansina. Por otro lado, qué se puede esperar. No es canterano (qué palabra más romántica es canterano), ni tiene las alforjas y las vitrinas llenas del todo. Así que más vale que el jefe se forre y fichen a otro menos lenguaraz. Ha dado buenos servicios, pero ya está cargante. A ver si al final el Real Madrid va a ser menos que un club, ustedes ya me entienden. La decimocuarta Champions que la traiga otro. A ver si quién la traiga va a ser más relevante que el hecho mismo de traerla

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Te metes en todos los fregados, mi querido Emilio. Ahora resulta que sales de entendido futbolistico, aunque con tu poquita de visión personal. Eres único.

Andrés.

Javier dijo...

La chilena de Bale le hizo sentirse humillado (cosa que entiendo). Estuvieron mal sus palabras. Es curioso, Cristiano tiene todos los ingredientes para caerme mal y, sin embargo, no es así.

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