Tengan hoy ustedes una noche antológica, una noche sublime, una a salvo de la pesadumbre, una con colmo de júbilo, una festiva hasta el desmayo, una que no deseen que acabe, pero no caigan en el error de olvidar el mañana, el día que se cierne con todas sus luces, también con sus sombras; el año que entra con su vértigo y con su fiebre. Esta noche, no obstante, desfóndense. No sean tímidos en nada, no flaqueen en nada. Sean felices sin otro dios que les guíe que el recurrido Epicuro: que él sea el aliado.
Miguel Brieva, el autor de la imagen que traigo todos los años, en esta fecha, a mi blog, se lo dice muy claro. El texto no cambia. Los últimos años entran a trompicones, amenazando con llevarse todo por delante. Así que hoy, si pueden, bailen, beban, no escatimen ningún entusiasmo. Volvemos mañana. Pongo aquí, a modo de despedida del año, el agradecimiento por las atenciones que le han deparado a esta página en la que vuelco mis júbilos y mis desconsuelos, en donde me explico el mundo e invito a que se me acompañe. Gracias por las entradas, por las muchas visitas, por los comentarios, por las adhesiones en el facebook, en el twitter, en todos esos escaparates en donde, como decía Cortázar en Rayuela, andábamos sin buscarnos, pero sabiendo que andábamos para encontrarnos. Así que sean felices, ustedes y los suyos, los del goce perpetuo al saberse en el mejor de todos los mundos posibles. Sean felices sin interrupción, prueben y verán que sienta bien.Eso dicen,
3 comentarios:
Que sepa usted que le deseo un Feliz Año Nuevo, y ya sabe lo que es eso de la felicidad; una imposición que hace desgraciada a mucha gente. Una vez le preguntaron a Einstein si era feliz, y ese hombre con la lengua afuera y despeinado respondió: "No, ni falta que me hace". Pues eso.
Un muy muy fuerte abrazo, ¡maestro!
Feliz año, Emilio. Qué todo lo que escribas siga haciéndonos felices. Un abrazo
Todo es relativo, siempre. Sabio Miguel Brieva.
Feliz año de nuevo.
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