Cruzó a nado a los hombres. Los usó y la usaron. A Marilyn la vida la trató mal y acabó despeñándose en un cocktail de barbitúricos. Su acta de defunción es un thriller en la que le tocó el papel estelar, el de la muerta. No lo escribió Hammett ni lo dirigió Huston, pero todavía está esperando a un guionista de fuste y un director inspirado que extraiga el ambiente, la exhibición de pervertidos alrededor del mito y su adiós a este mundo y a sus quebrantos. Estaría estupendamente que le metiese mano Clint Eastwood. Hubiese estado bien que sólo fuese ficción.
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4 comentarios:
Es revelador que ningún director se haya atrevido con este personaje inigualable con el que están relacionados mitos del béisbol, del teatro, de la política americana, y hasta de la mafia. ¿Acaso la figura de JFK la hace inabordable? Oliver Stone, Clint Eastwood, Francis Ford Copola... tendrían una personaje potente, quizá demasiado para lo que estaría dispuesta la sociedad y la política norteamericana. Es una buena cuestión.
Habrá obstáculos insalvables. Habrá intereses de esos más allá de la vida, que les gusta mucho a los americanos. Es su Marilyn. Es más intocable que el propio mujeriego John F.
Habré visto docenas de películas inspiradas en Norma Jeane y ninguna me supo demasiado bien. Como mitómano que colecciona cualquier cosa relacionada con ella, lo que acabo de decir es frustrante. No sé si el tío Clint haría un buen trabajo con el material volatil que fue su vida. Lo que es seguro es que tendría alma. Al menos.
Se da por supuesta el alma, pero incluso del tito Clint se podría pensar que anteponga otros asuntos y haga la película transitoria hacia otra de más peso. Y le quedan ya al buen hombre pocos años para ensayar experimentos. Igual me muero yo mañana. Es un decir.
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