Que los astros miren en el corazón y hagan cumplir los deseos de la gente buena de este mundo. Los otros, los que no son buenos, los que ignoran la buena voluntad y van por este mundo haciendo daño y ensuciando las calles, que miren arriba esta noche y se dejan crucificar por la belleza de la oscuridad, por el alto cielo y por el infinito sin alardes que tutela nuestra travesía por la vida. En lo demás, en esta noche simbólica del año, a buscar en lo sencillo lo hermoso, a hurgar pecho adentro y encontrar en el alma la felicidad a la que todos nos dirigimos. Sean felices. Miren arriba. Quiéranse mucho. Dejo como todos los años, en este blog caótico, el posteo de mi amigo Álex. Ahí están los tres cuentos y la canción de Navidad. Este año, aparte de Mycroft, de Álex y de mí mismo, está Dean Martin. Entren, lean. Es un bucle, pero a mí me parece formidable cada vez.
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