19.5.17

El porqué de Seúl



Itawon neighborhood in Seoul, Acrílico y tinta, Souvenir, Christoph Niemann


                                                          A mi amigo Alex Herrera, mi hermano norteño abandonado,  él sabe ver cosas escondidas, cosas que los demás, por más que miremos, no percibimos.



Yo creo que Seúl es como lo dibuja Christoph Niemann en su libro Souvenir. No hace falta haber leído mucho anime para pensar que es una calle japonesa o coreana. Después se adhiere Rick Deckard. Da igual los años que pasen. Hay días en los que piensas en Blade Runner. Lo haces como si no fuese una película, sino algo real, sustanciado en una realidad que no es la nuestra, pero no por ello deja de ser algo tangible, a lo que puedes acudir, de lo que posees recuerdos igual que los tienes de un verano en Fuengirola o de tu casa cuando pequeño en la calle Jaén, en Córdoba. En nuestra memoria se matrimonia lo vivido y lo figurado, las cosas que hemos visto y las que nos ha impuesto la ficción, todos los libros, todos las películas, todos los sueños a los que nos hemos acercado. No importa no haber ido a Seúl. Quien lo ha hecho no tiene una impresión más fiable de la que yo poseo al ver la ciudad en acrílico y en tinta, en un dibujo de Niemann. Es en la cabeza en donde se ensamblan las piezas. Cada uno hace esa operación a su manera. Hay quien ve a Dios sin buscarlo y quien, fieramente yendo tras él, no lo ve nunca. A veces hay quien se las ingenia para que todo adquiera una presencia más hermosa. No es indispensable que las piezas sean originales, ni que hayan sido tomadas personalmente. Finalmente el arte consiste en crear una realidad que no depende de ésta. Una vez que el creador cierra su obra, cuando ha escrito un cuento o dibujado una calle o hecho una fotografía, el cuento, el dibujo y la fotografía se imponen a lo real, lo anulan, invariablemente adquieren una entidad extraordinaria, de la que no se puede extraer un principio regidor, una especie de algoritmo que conduzca a un resultado. El arte no tiene resultados o los tiene todos. Ahora saldré a pasear las calles de mi pueblo y no podré evitar (creo que no podré hacerlo, no es algo que pueda decirse tajantemente, como si supiera de qué hablo) fabular con la posibilidad de que todo sea una historia de anime o un fragmento no publicado de Blade Runner. La verdad es que no entiendo la razón por la que uno piensa en unas cosas en lugar de en otras, el porqué de Seúl o el porqué de los replicantes. Ha debido ser la siesta masiva de la que acabo de salir, a mi sorpresa, indemne y feliz. En el sueño, una voz me pedía escuchar a Wilco al despertar. He puesto Impossible Germany en el Spotify. Mucho más fácil que buscar el CD. Creo que alguien estará contento.


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