31.3.16
Un retrato
Fernando Oliva hizo este cuadro en el que, en sus palabras, estaba yo. Ignoro si continúo dentro. Los años borran y los años manipulan el texto de los recuerdos, el vocabulario exacto con el que levantamos el júbilo de los gozos compartidos, pero el cuadro de mi amigo sigue en la pared. Lo sigo viendo a diario. Hay días en que no reparo en lo que muestra. Otros, sin que nada en especial me fuerce, lo miro con calma, me esmero en buscar en los dibujos, en la críptica caligrafía de su genio de hombre renacentista, mi propia esencia. Carezco de los instrumentos para hurgar en la trama de símbolos como debiera. En algunas cosas me encuentro y me siento a gusto. En la noche, en los libros, en las notas musicales, pero hay asuntos que se escapan a mi gobierno y entonces es cuando echo en falta a mi amigo Fernando. Le llamaré un día. Le diré que venga a verlo. Ubrique tampoco está tan lejos. Mapas que coartan a veces el normal desempeño de nuestras inclinaciones afectivas.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
La escritura fluye, yo fluyo / Una entrevista a propósito de "Mala fe" para Revista Entreletras
Emilio Calvo de Mora es cordobés, maestro, poeta, narrador y ahora novelista. Acaba de publicar “Mala fe” (Mahalta, 2025). Es la suya una ...

-
Con suerte habré muerto cuando el formato digital reemplace al tradicional de forma absoluta. Si en otros asuntos la tecnología abre caminos...
-
Hay cosas que están lejos y a las que uno renuncia. Tengo amigos que veré muy pocas veces o ninguna. Tengo paisajes en la memoria que no v...
-
Tinto Brass , en cierto modo, es un viejo verde con una cámara: uno del tipo que cambia los Anales de Tácito o las Obras Completas de Giaco...
No hay comentarios:
Publicar un comentario