17.8.09

Who faster?




No tengo en casa ni un solo libro de Biomecánica y es posible que no lo tenga en la vida. Tampoco hay ninguno de Fisiología. De épica hay cientos. Uno puede encontrarla en gestas diminutas que no levantan pasiones en los titulares y que pasan desapercibidas para el público. Yo creo que Usain Bolt no corre para la grada: lo hace porque no sabe hacer otra cosa mejor que ésta. Hemingway, del que ahora leo cuentos, no valdría para un bufete de abogados. Insisto en el hilo técnico: un abogado no escribiría como Hemingway. Así que la proeza de anoche en Berlín es, en el fondo, la venganza de la Historia: uno, a cuenta de las historias que no le han contado pero que ha leído con interés, entrevé la figura de Hitler y la sombra veloz de Jesse Owens. Y la locura continúa décadas después: el negro derrota a todos los blancos. Es más: no había anoche en Berlín un solo blanco en los tacos. Negritud y músculo libre, la derrota de los límites previstos en la biomecánica. Que otros glosen la naturaleza mítica de esa rebaja del crono: yo no tengo argumentos con los que ocupar los renglones. Me quedo con la plástica y con esa certidumbre de que el hombre es un ser sublime, privilegiado, que se crece a capricho de la terquedad de su empeño y que mejora con el tiempo, cosa que a la vista de cómo vamos tirando pudiera parecer una tomadura de pelo. El Jueves toca final de 200 metros. No se la pierdan: por la épica, por darle al Führer un corte de mangas étnico.

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2 comentarios:

Isabel Huete dijo...

Estoy tan de acuerdo que sólo me queda decir AMEN.
Besos.

Emilio Calvo de Mora dijo...

Para ti.

Comparecencia de la gracia

  Por mero ejercicio inútil tañe el aire el don de la sombra, cincela un eco en el tumulto de la sangre. Crees no dar con qué talar el aire ...