A mis amigos extores, ellos saben, Joaquín y Jesús.
Me gusta pensar en caminos que no necesito andar para que me conforten. Basta saber que vienen de un sitio y van a otro. Hay vidas que son como caminos de los que no sabemos nada e incluso nada necesitamos saber, salvo que alguien las transita a diario y conducen a otras vidas que con mayor o menor frecuencia se entrelazan con la nuestra o la tocan adrede o sin vocación de roce. Todo está así hermosamente trenzado. La belleza lo impregna todo, su carta de navegación tiene todos los atajos, prevé todas las incidencias, gobierna todo el azar y todo su maravilloso prodigio de milagros. No sabemos quién dibuja o escribe, la mano invisible, el arquitecto en la sombra, el hacedor secreto. No sabemos dónde empieza el camino, el lugar en donde se transubstancia en otro. Ese es el mejor verso del poema, el que no podemos leer.
2 comentarios:
Caminos versos, versos camino paso andanza que se lee
Caminos trazados de antiguo, como las palabras.
Ambos están ahí, esperando(nos).
Publicar un comentario