Años entonces felices de sábados con trenka, doce canicas en el bolsillo y cromos del Atleti, cuando Leivinha y Gárate. Trajo más tarde la vida la turbia evidencia de su incierto propósito. Llegaron Kafka y la solemnidad de los saludos y el corazón no fue blando de nuevo.
Biografía
La resaca de los años, tan propensos a mermarme.
Escarceo
Habiendo alumbrado ya las probaturas suficientes, se reivindicó frívolo, entró en un todo a cien y llenó un carrito de mano con rimel, lencería china barata y lápiz de labios marca Amor. Pagó en metálico, por no dejar indicio de la visita. Luego llegó a casa, voló a hurtadillas al dormitorio, se miró al novicio espejo e improvisó un gesto almibarado, un poco juguetón, como de cría recién enamorada. Se sonrió satisfecho y entregó la tarde a afinar posturas antes de que llegara su esposa y le pillara en un desliz con el colorete.
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