Lo mejor de Santa Claus o de Papa Noel, en fin, no termino de ponerme de acuerdo, es que te permite involucrarte en lo más puramente navideño sin plantearte dilemas éticos sobre la materia narrativa de lo festejado. Sobre si pecas mucho, poco o no pecas en absoluto si pones bajo el mismo techo moral, digamos, al gordinflón escandinavo, con su séquito de renos y de rollizos niños gritones y al San José, a la Vírgen María, al niño Jesús y al resto de los adoradores belenísticos. Yo lo tengo cada año más claro: lo que más me gusta de las navidades es decir de memoria los nombres de los nueve renos que tiran del trineo celestial de Papa Noel.
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1 comentario:
creo que vivimos en estos mundos virtuales para no pensar en ello.
saludos.
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