13.11.10

H.M.E., 81



En el Libro de Lecturas del Bachillerato Superior

no leas odas, hijo mio, sino guías de ferrocarriles:
son más exactas. despliega las cartas marinas
antes de que sea tarde. abre el ojo, no cantes.
ha de llegar el dia en que vuelvan a clavar listas en las puertas
y a señalar con marcas en el pecho a quienes digan que no.
aprende a pasar desapercibido, aprende, mejor que yo,
a cambiar de barrio, de pasaporte, de cara.
adiéstrate en la pequeña traición,
en la sórdida salvación de cada dia. Las encíclicas
son buenas para encender el fuego;
los manifiestos, para envolver mantequilla y sal
para los menesterosos. serán necesarias saña y paciencia
para insuflar en los pulmones del poder
el polvillo letal, molido
por quienes hayan aprendido mucho
y sean exactos, por ti.

Hans Magnus Enzensberger

Mycroft lo supo. Yo me hago eco. Tú eres el tercero. Hazte eco.

addenda:
Además este poema fue el primero que leí. Me lo pasaron en un bar universitario, escrito a máquina, en una hoja doblada muchas veces. Al abrirla, vi una luz. Hace de eso 25 años.
.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

No leas, en general, no leas.
Bravo por el alemán.
Rafa

Mycroft dijo...

Gracias por el homenaje a Hans Magnus. En general prefiero expresar mi admiración en vida de la gente, y a los maravillosos octogenarios brillantes hay que cuidarlos.

Anteayer también fue el cumpleaños de Caballero Bonald. Y hoy hemos despertado con el adios de Berlanga.

Emilio Calvo de Mora dijo...

No leer, no pensar, no ser.

Gracias a ti, que me lo trajiste de vuelta. Admirar a los que viven es mejor que cualquier tributo, por hondo que sea, una vez idos.

Comparecencia de la gracia

  Por mero ejercicio inútil tañe el aire el don de la sombra, cincela un eco en el tumulto de la sangre. Crees no dar con qué talar el aire ...