3.6.10

Sólo fútbol y huelgas generales



Como mi capacidad de asombro está intacta todavía, engolfo mi ocio con ciertos programas televisivos que, al tiempo que retratan el patético mundo en el que nos ha tocado vivir, insinúan con metáforas sutilísimas el mundo en el que, algún dios quiera que cuanto más tarde mejor, nos ha de tocar morir. El de anoche consentía el espectáculo primoroso de una pareja que dirimía, insulto en ristre, la propiedad y usufructo de un mando a distancia. Ella consideraba únicamente argumentos de índole histórico: " Es que tú lo usas siempre". Él dejaba caer otros de naturaleza culturalista: "Es que a ti sólo te gustan los chismes y quién se acuesta con quién". Comprendía yo, en mi burbuja de espectador asombrado e intacto, la crudeza del montaje, su teatralidad fascinante. Advertía, no obstante, guiños, dejes de cómicos muy de vuelta ya de casi todo, aunque aparentaran no soportarse y pareciera que en cualquier momento iban a liarse a tortas.
Cambié de canal antes de ver el final de la contienda y me topé con un concurso o amago de concurso en el que una señora de estupendo buen ver quedaba en cueros vivos, como se decía antes, por mor de su ineficacia a la hora de contestar cuestiones latentes de nuestra sociedad como el nombre de tal ministro de asuntos exteriores o el número de ojos de una especie de araña del Amazonas. Era un canal alemán por cable: uno de ésos que aquí hace tiempo que murieron con las mamachicho y el destape de los primeros ochenta. No hice el consecuente zapping hasta que tuve certezas mayores sobre su desconocimiento en temas de esa trascendencia cultural. Añadiré que se tapaba pudorosamente las partes nobles y sus ubérrimas ubres al tiempo que la presentadora, ojo que iba y ojo que venía, nos hacía comprender lo duro que es mantener un cuerpo así con las tentaciones que pueblan nuestros supermercados.
Terminé en un tele-tienda en el que un señor orondo no se desnudaba ni desmostraba su sapiencia en literaturas germánicas medievales. Su cometido era convencernos de la bondad de un plancha de cocina y el entusiasmo vertido era tan sobrecogedor que uno no podía por menos que esperar a que su trola terminara. Por educación. También lo hice con la concursante stripper y con la pareja de bronca.
Me acosté ufano de mi paciencia y al trastear en el dial de la radio de mi mesita de noche di con una emisora que vocinglaba las intimidades de los anónimos oyentes. Desconecté el pequeño auricular de mi oreja cuando comprendí que todo era un bucle, pero ahora tenía que imaginar la cara y los gestos. Soñé que vendía mi alma al diablo en una cruce de caminos y que le pedía, a cambio de condenación eterna, cinco minutos de gloria en la televisión. Andy Warhol dixit. La TDT es un invento prodigioso. El cable es una maravilla en las noches de junio en la ciudad. Tendremos que volver a leer a los clásicos en la cama, a pie de flexo, lejos de la barahúnda de los medios de comunicación. Hoy estoy abrasado por las marchas militares. En Toledo, por el corpus, las han adelgazado de tronío eclesiástico. Ellos sabrán. Yo hace ya un par de días que me he prometido no hablar de religión. Sólo fútbol (el Mundial está a un metro en el dial) y huelgas generales.

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5 comentarios:

Anónimo dijo...

Me pregunto si tu cerebro no se partió, haciendo c-r-a-c-k. Me pregunto cómo es posible que luego puedas seguir, y escribir y todo eso.

Vicente Anido

Lourdes Santaella dijo...

Sólo decirte que admiro tu forma de escribir, que envidio esa facilidad de palabra y esa manera de contar las cosas de forma a la vez amena y culta. Difícil mezcla, no creas. Me gusta mucho. Te sigo. Un saludo afectuoso.

Lourdes dijo...

Ah por cierto, lo de Toledo está muy bien. Que cunda eso de desvincular lo militar de lo religioso. Son ya muchos años de atropellos vestidos de tradición. Incluso voy más lejos: que se paseen ellos solos, pero van a decirme que soy una rebelde. Lo soy. Estoy acostumbrada.

Emilio Calvo de Mora dijo...

Sigue íntegro, Vicente, tocado, pero entero.

Gracias, Lourdes. Lo importante es lo que dices, leer, entrar. Saludo afectuoso para ti.
Lo de Toledo es consecuencia del laicismo imperante. Lógico, por otra parte. No tiene nada que ver el cuerpo militar con el cuerpo celestial. Ni viceversa. Dos cuerpos terribles, a veces.

Anónimo dijo...

Hace crack todos los días, estoy seguro. Y los que te leemos nos alegremos del crack. Saludos. Ayer un buen día, supongo...
Rafa

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