Casi nunca tenemos los políticos que nos merecemos y casi nunca los políticos tienen los ciudadanos que les gustan. Me imagino al Ministro de turno en privado, en la pandilla de íntimos, recabando adhesiones en su particular cruzada para restablecer la imagen que ha perdido, el glamour abandonado a tenor de las encuestas (interesadas, no me cabe duda) que continuamente dinamita la prensa. Me parece a mí que a Berlusconi no le afectan las opiniones ajenas, pero esta mañana me levanté pensando en qué sentiría un italiano honesto y sensible, responsable y cabal, al oír al Cavaliere desmontar el noble y antiguo edificio de la cordura con sus exabruptos de reyezuelo sacado de la más rancia tradición literaria de serie B. Tal vez haya políticos de serie B como hay fontaneros de serie A y escritores de blog sin serie alguna en el chasis, que se levantan por la mañana asqueados por esto o por lo otro y abren el editor de entradas y se explayan con lo primero que se les pasa por su calenturienta mente. Pero lo de Berlusconi, por mucho que la indignación me pueda, tiene poca explicación. No somos ciudadanos a su altura. Que aquí no cunda ningún imitador con pedigree que se lleve de calle las urnas.
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3 comentarios:
Lo que más me preocupa de Berlusconi es la sensación que da de seguridad. Él está convencido de que su posión es la correcta, y eso da miedo. No tanto la posición en sí como la convicción.
Muy mal tiene que estar Italia para que este tipo salga elegido repetidamente como presidente.
Un cafre tendencioso: uno lo suficientemente inteligente como para dar miedo. Convicción, sí, puede ser: con ese punto de convicción ha hecho de Italia un lugar sospechoso. Mal tiene que estar el mundo. Italia es un episodio. La novela es otra, es más grande: tiene más capítulos.
Eres muy fino, compañero. El tipo este no puede seguir en donde está por el bien de la europa moderna, que necesita líderes modernos y no caballeros de la edad media o personajillos de medio pelo del más terrible fascismo del siglo 20.
Pero igual hasta le votan de nuevo y entonces dime tu a mi que hacemos. ¿Estaremos criticando todavía? ¿pararemos? yo pienso que es un tipo con mucho dinero que ha escalado hasta ahi y ha comprado a todos los que le dan la seguridad de que va a seguir, no sé si me explico. De todas maneras, muy fino el comentario. Y el de Hitler, que he leído, fantástico. Se depisde, atentamente.
Francisco M. Lozano
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