19.4.25

De pájaros y hombres

 Lo que elogia el canto del pájaro 

en su honda fronda sin árboles 

es la bondad del paisaje. 

En el vuelo, el pájaro se desdice. 

Así tantea la inminencia de un temblor 

que lo haga súbitamente grávido, 

así se precave de acrobacias temerarias. 

Tal que el hombre, que es un pájaro inverso, 

reacio a intimar con el aire, 

mordiendo el glauco hierro de la tierra. 

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