8.6.11
Ciencia y ficción
Igual que las gafas deforman lo real o convierten lo distorsionado en real, lo deforme en presentable, me pregunto si habría un dispositivo acústico, un pinganillo adherido al oído, que produjese en lo escuchado el mismo efecto que las lentes en lo observado. Ciencia-ficción before dinner.
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6 comentarios:
Ni falta que hace. Cada uno oye lo que quiere. O entiende lo que puede. O qué se yo.
Debe existir y si no es así existirá. La naturaleza humana es curiosa, ya sabes. No importan tanto los efectos como el demostrar que todo es posible.
Estoy en Madrid desde esta tarde. Si te es posible llámame el jueves o el viernes a partir de las nueve de la noche que por aquí estaré para retomar nuestra espero que eterna tertulia. Si no es así, cuando regrese a Pamplona te llamo yo en día que fijes, Emilio.
Claro que no hace falta, pero la ciencia-ficción es así, Olga. Un saludo.
Diste en la tecla, Álex.
Importa hacerlo, no usarlo.
Claro que te llamo.
La boca también tendría que disponer de un artilugio que corrijiera, al vuelo, los errores, y algunos así no dijeran lo que dicen. Evitaría el pinganillo en la oreja, no crees?
a
La deformación, los cristales inclanianos, los presta tanto el cristal como el miope que los calza. La cultura deforma la realidad porque ya de entrada no la es, siquiera es correlato, simulación suya; es eso otro en lo que estamos atentos mientras la vida, la realidad, fluye a nuestro alrededor.
Pero también nosotros deformamos lo que vemos, lo aumentamos o menguamos, claudicamos o nos rebelamos, tomamos o rechazamos lo que nos venden. Nadie es inocente.
Yo acostumbro a usar audífonos, de esta manera logro evitarme un montón de malos momentos, especialmente en buses interprovinciales en los que ni el mejor de los filtros funcionaría.
Saludos.
M.
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