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Una amiga que tuve decía que R.E.M. era la mejor banda de rock del mundo. Era la época de la pujanza mediática de Losing my religion y en todo pub que se preciara sonaba Out of time al completo sin que el disc jockey (que en el pueblo en el que yo vivía era el mismo que despachaba gin-tonics y ponía almendritas en un plato) se saltara las piezas lentas como Low (mi favorita de ese álbum) o Texarkana. No sé qué pensará ahora: yo los venero, venero su inspiración y hasta su falta de inspiración. Los discos malos de la banda son piezas de orfebrería comparados con algunos de los que atiborran las estanterías y las listas que generan las radio-fórmulas. En treinta años R.E.M. han facturado quince discos. No sé si la mejor banda de rock del mundo, pero han mostrado cartas y han insistido con honradez para pasar al menos a una de las páginas más memorables del rock del último tramo del siglo XX y de este (febril) comienzo del XXI. Recuerdo las cintas de cassette con Murmur, Green y Document, que yo recuerde. Out of time era un CD. Era aquélla una época en la que uno veía un CD y lo tocaba y lo registraba: buscaba el tesoro escondido, la certeza de que adentro había placeres absolutos. Yo entonces era todavía hijo del vinilo, pero el hijo se dejó pervertir por las nuevas tecnologías y cayó en la compra de un reproductor de compactos. Mis primeros CDs fueron Out of time, el Brothers in arms de los Dire Straits y Songs from the big chair de Tears For Fears. Por ahí andan. Revueltos. Mezclados con miles de discos más. Pero al escuchar Shiny Happy People o Near Wild Heaven o Low (ya insisto: mi favorita todavía) siento una punzada y la punzada pone en marcha la melancolía. La memoria es un bicho cabrón: lo dice K. Lo subscribo yo. Ahora vamos a lo que vamos.
Collapse into now:
No hay concesiones a la nostalgia: la banda de Stipe se despide casi definitivamente de la mediocridad, de los tiempos medios imprecisos, se despide de la huella triste de Around the sun (qué poco cuajado fue) y se instala en la misma boca del cañón. Tenemos R.E.M. para mucho tiempo: lo atestigua esta colección de canciones. Porque no hay unidad, no existe una hilazón: son trallazos de rock (Alligator, That some one is you) o baladas sin forzar, de ésas que no caen en el empalago ni en la solemnidad fingida. Llevo un par de buenas escuchas y probablemente tendría que haber esperado a un par de ellas más para rendir esta reseña, pero estaba haciendo cosas que no me llenaban del todo. Y ésta sí que me llena por completo. R.E.M de regreso. Stipe, Bucks y Mills en mi Ipod con material nuevo. Sí, ya sé que se me ve de momento la querencia, el afecto, todo eso que un buen fan atesora y saca en fiestas privadas. Y como todo buen fan sé a estas alturas que parte del disco ha sido grabado en un estudio legendario, uno en el que Bowie grabó Heroes o U2 su Achtung, baby. Sé que no es tan ruidoso como Accelerate (aunque algo estalla por ahí en el corto minutaje) ni que contiene cortes épicos como en Automatic for the people. (Uberlin es el Drive de este colapso). Sé que Stipe echa en falta la mandolina (ay cómo me gusta Losing my religion) y que ha vuelto a usarla (Oh my heart). Sé todo esto y todo me conduce a pensar que cuando le haya dado unas cuantas vueltas más (dos son poco, Rafa) tendré que abrir otra vez el editor del blog y corregir algo. Sumar frases. Tal vez aminore el entusiasmo. El de ahora está bien arriba. Disco nuevo de R.E.M. Definitivamente el domingo ha sido bueno conmigo. Mañana le doy más mimos. Ah me quedo con Uberlin. Con Alligator bla bla bla. Y ahora tiro a ver al Madrid sin CR7. Dijo alguien que la religión era cosa de domingos. Precisamente hoy no lo discuto.
addenda:
la pinta de Stipe con gafas de pasta y barba pelirroja cerrada me hace pensar en un profesor de Filosofía que tuve. Creo que no desentonaría en un campus universitario, paseando por los jardínes libros de Hume y de Kant, charlando con los alumnos sobre la política exterior de papá Obama y tomando chupitos de bourbon en los bares del barrio.
addenda dos:
no es posible, ni a base de insistir y de insistir una vez que se han extenuado las fuerzas, hacer una portada más horrorosa...
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addenda:
la pinta de Stipe con gafas de pasta y barba pelirroja cerrada me hace pensar en un profesor de Filosofía que tuve. Creo que no desentonaría en un campus universitario, paseando por los jardínes libros de Hume y de Kant, charlando con los alumnos sobre la política exterior de papá Obama y tomando chupitos de bourbon en los bares del barrio.
addenda dos:
no es posible, ni a base de insistir y de insistir una vez que se han extenuado las fuerzas, hacer una portada más horrorosa...
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5 comentarios:
He escuchado ya el disco y debo decir que me encanta, vuelve el mejor REM...me encanta el tema ÜBerlin...aunque yo soy un amante del Grunge (Nirvana para mi son Dios), debo decir que siempre me ha gustado REM y Stipe, que por cierto fue el padrino de la hija de Cobain.
Un saludo.
nunca me gustó rem, porque a las niñas de mi época le encantaba, eramos así de jevis. pero tengo una anécdota con el out of time: se lo compré para regalar a una niña que me volvía loco, la veía ponerse tontisima en la disco cuando pinchaban el losing my religion, cuando en su voz sonó el ya lo tengo, quise morirme, por estas cafradas uno le pilla manía a un grupo, ya ves.
Hubo una época de mi vida en que los amé mucho, pero ya no, hace mucho que no. Entiendo de gustos adquiridos y de flechazos, mucho, pero este disco, a diferencia del anterior, me mira con ojos muertos.
All The Best es una buena canción.
Por cierto Out of time tampoco me vuelve loco. Mi top cinco 5 de REM:
New adventures in hi fi
Murmur
Automatic for the people
Up
Monster
Hoy lo compro. He comprado todos los discos de REM en cuanto salieron salvo Murmur y Out of time, que me pilló en una época mala, digamos.
Mi favorito es Up y me gusta Around the sun..
También esta reseña.
José Villodre
Gustos eclécticos donde los haya. Y me encanta tu página: esa mezcla poderosa entre los contenidos de la derecha del blog y los de la izquierda. En REM, de acuerdo. Ha vuelto, después de ACcelerate, el mejor REM. Nirvana me gusta a ratos. El grunge me gusta a ratos. Pearl Jam, tal vez, lo que más aprecio.
Mal asunto el tuyo. El amor es un camino intrincado. Uno cree hacer cosecha con sus pequeños abonos (un disco, un poema, una frase) y luego todo está ya en el armario. Todo está vendido. Hemos llegado tarde, Jorge.
Entender de flechazos: buena frase, amigo Mycroft. Mis REM son esos probablemente. Me gustan tus discos. Todos ellos. No sé el orden. Hace tiempo que no hago listas. Las hice. El mejor disco es... La mejor canción.... Todavía me gusta merodear esas historias personales. Buscar a veces los ránkings del corazón. New adventures in hi-fi es bueno, sí señor, lo he escuchado poco.
Este mediodía he buscado All the best pensando en usted escuchándola.
No sé cuáles he comprado en su fecha de lanzamiento. O cerca. Sé que los tengo todos. En varios formatos. CDs comprados, grabados, mp3... Incluso un DVD en mp3 en donde está toda la discografía. Videos (algunos) incluídos.
Gracias por el halago.
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