Bendigan los astros al numen, concedan la gracia infinita y el agradecimiento eterno a quienes comprenden que lo único que merece la pena en este mundo no es el amor ni la paz en el mundo. Es la belleza la que hace que el mundo gire y el universo respire por todos sus agujeros. Siento contradecir al gran Dante, pero no eso es lo que hace que la maquinaria ruede. El amor, la paz en el mundo y los altares de los dioses en sus templos dependen de la belleza. Es la belleza la que escribe la trama, la que pulsa las cuerdas invisibles con las que el corazón bombea la sangre que mueve los cuerpos. Esa es la única religión. En ese credo habito. Por esa belleza el sol sale a diario y la luna en la calle Bourbon, en New Orleans, y en la mía, Mediabarba, en Lucena, se llena de sombras y de peregrinos perros.
Anoche escuché a Sting cantar por Armstrong una de esas canciones absolutamente impecables en las que uno querría desaparecer. Comprendí de cuajo los misterios del cosmos, accedí a un bienestar completo en nada parecido a ningún otroy acabé por razonar los motivos del que cree en un dios, en el más allá, en la transverberación de las almas y en la salvación del espíritu. Sí, un feligrés blasfemo, sin dios, sin más allá, sin alma que reverberar, pero untado con la misma brea, extremedamente a gusto conmigo mismo, en paz y en libertad, a salvo del mal y a cubierto del tedio. Creo que es peor aburrirse que pecar. Soy el feligrés absoluto de mis vicios, el inquilino total de mi causa.
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Anoche escuché a Sting cantar por Armstrong una de esas canciones absolutamente impecables en las que uno querría desaparecer. Comprendí de cuajo los misterios del cosmos, accedí a un bienestar completo en nada parecido a ningún otroy acabé por razonar los motivos del que cree en un dios, en el más allá, en la transverberación de las almas y en la salvación del espíritu. Sí, un feligrés blasfemo, sin dios, sin más allá, sin alma que reverberar, pero untado con la misma brea, extremedamente a gusto conmigo mismo, en paz y en libertad, a salvo del mal y a cubierto del tedio. Creo que es peor aburrirse que pecar. Soy el feligrés absoluto de mis vicios, el inquilino total de mi causa.
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8 comentarios:
Me disgusta aburrirme cada vez más; pecar, lo que es pecar, peco todos los días.
Y que nofalte.
También hoy lo has b ordado. Vaya que sí.
Rafa
La búsqueda de la belleza era durante el Medievo una de las vías para encontrar a Dios, la más sencilla, accesible tanto para iletrados como para doctores. La estética como entesala de la perfectibilidad humana.
Pero -advierten los teólogos- tras la belleza puede esconderse también la mano del maligno, la perdición por puro hedonismo. En fin, como dijeron aquellos (Pata negra), todo lo que gusta es inmoral, ilegal o engorda.
Converso y perverso, yo comulgo. No sé si reverbera o transustancia, pero mi alma quiere ver la luna en un callejón de Córdoba, o de Baeza, o..., pero que suene esta pieza maravillosa. Es un regalo de los buenos, con sorpresa, pues no conocía esta versión. Por cierto, el trompeta le hace un buen subrayado.
Hace unos días Sting me inspiró en Riografía (nueva confluencia), con su Fragile. ¿Lo viste?
Abrazo en feligresía, mon ami.
Qué envidia lo claro que lo tienes.
Explica método.
Ana
ok oh yeah be japiiiiiii
Buena observación, Rafa. La comparto. Aburrirse, nunca. Pecar, hasta es conveniente de vez en cuando. Qué es pecar, al cabo? A qué código contrariamos pecando? Ninguno al que yo le profese afecto.
Buscamos a Dios a diario. Está en las cosas pequeñas. Hasta había un título así. Muy bonito, por cierto. Tras la belleza está su reverso tenebroso. El Maligno. El Mal Absoluto. Debe estar ahí. Agazapadito. A la espera de pillar al incauto que observa la perfección y se embelesa y se pierde en su detalle. Como esos animales que engolosinan a sus presas con vivos colores y luego le comen el hígado despacito. Parezco esta mañana Hannibal Lecter en una entrevista para La Noria. Ja. Buen día, amigo.
Tenemos una empresa conjunta. Correos a mansalva. Ya hemos arrancado. Ok?
Versión maravillosa de una canción ya de por sí maravillosa. Sting es una de mis debilidades, aunque de vez en cuando se le vea el plumero plateresco (de finanzas, digo) y haga payasadas lucrativas. Nos vemos en esos correos, Miguel...
No lo tengo, Ana. Que más quisiera. Un beso.
En ello estamos. En lo de japi...
Bourbon Street, la calle de los Borbones y la calle de los vapores etílicos, el humo de los Chesterfield y la música de jazz. Ayer empecé a ver "Tremé", la serie de la HBO ambientada en Nueva Orleans. Ciudad poblada por la música y el vício. Siempre he pensado que la belleza reside allí dónde nadie la busca. Por eso nos topamos con ella sin esperarlo y por eso la sensación de triunfo aumenta.
La canción es suprema. Un icono para mí.
Hermosas palabras, equiparables en belleza a la canción misma. "Si alguna cosa da valor a esta vida, es la contemplación de la belleza", dejó dicho Platón. Cuelgo este post en mi facebook, con tu permiso (alguno más he colgado, sin poder resistirme, te estoy leyendo hacia atrás).
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