Aforista, diletante, adelantado, sublime. Wilde está ahora en boca de adolescentes que quieren saber más y buscan en las librerías el retrato de marras. Para eso sirve también el cine malo.
Añadidamente: por Umberto Tozzi se puede llegar a Tom Waits, por Michael Bay podemos acceder a Kurosawa. El saxo de Michael Brecker, en una canción memorable de Billy Joel, me condujo hace treinta años al jazz.
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Añadidamente: por Umberto Tozzi se puede llegar a Tom Waits, por Michael Bay podemos acceder a Kurosawa. El saxo de Michael Brecker, en una canción memorable de Billy Joel, me condujo hace treinta años al jazz.
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5 comentarios:
Wilde, el genio hedonista, niño pijo, pero insatisfecho con su autocomplacencia. Tocado por su tiempo y su sexo, obligándole a disentir, eso sí, con elegancia.
Por cierto, la película de Oliver Parker no me acabó de convencer, pese a su intento de rejuvenecer al mito.
Buena semana.
P.D.: el cambio de look (y de luz) en tu blog sí que lo hacen rejuvenecer. ¿Metáfora de nuevos tiempos, nuevos temas, nuevas esperanzas? Supongo.
Más limpia y de más fácil lectura, Emilio. Enhorabuena por el nuevo look. Lo importante es el contenido, pero...
Buena idea, de verdad.
No me gustaba leer en gris sobre fondo negro. Me cansaba más. Así que...
Falta uno por unos días y se encuentra un lavado de cara bloguero, siempre necesario tras cierto tiempo. Y aunque se es animal de costumbres, debo decir que me gusta el resultado.
El cine malo es un concepto equivocado, Emilio. Hay en el cine malo lo que la literatura o la música mala se da también en ocasiones: el calambrazo involuntario. Solo a veces (Michael Bay, per example) me hallé ante lo nefasto sin voluntad ni alma.
La última de Dorian Grey da mucho miedo porque me retrotrae al clásico maravilloso de Albert Lewin.
Disentir con elegancia: cómo echo eso en falta en este mundo nuestro. La película, de la que acabo de escribir un texto pequeñito, es simple, previsible, gore encima.
Metáfora, tal vez. Estoy en cambiar el look. El personal, no. En eso soy estricto. Gordo. Calvo. Parlanchín.
Sé, Rafa, que volverás. Eres un lector fijo. Espero que te guste al final el diseño. Creo que voy a tenerlo por aquí por lo menos un par de semanas más. jeje.
He soñado con la cara de George Sanders, que es para siempre el perversor de Dorian. Me encanta esa película. La he visto muchas veces. Por eso igual ésta me pone de los nervios.
El look, Álex, es fruto de mis nervios, hasta ahora templados en exceso.
No digo que te llamo este viernes porque luego no encuentro el hueco. Parezco un Ministro de obras Públicas.
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