Álex me hizo pensar en Lovecraft. Busqué uno de los relatos que más me gustan (En la cripta) y me lo zampé en mi sillón de orejas. Después mi convalecencia (una vulgar gripe, un catarro provinciano, una demolición absoluta de la salud) hizo que encontrara una formidable página en la que venden (sí, no miento) perfume inspirado en los cuentos del maestro norteamericano. Imaginen una esencia de insectos triturados, dioses primigenios, moho del siglo XIX y baba de leproso. Quien tenga a bien acicalarse con esta quintaesencia de lo tétrico, visite The Black Phoenix Alchemy Lab Perfume y luego pásese por este rinconcito sano de la Red y cuente a los escépticos si de verdad huele a sótano. Un sótano en Arkham, claro. En fin, un heraldo de lo siniestro. Un regalo para sibaritas. Sólo cuesta quince dólares. Visa, American Express, Mastercard o lo que tengan a mano, y a ligar en Halloween. Estos tiempos de descreimiento moral merecen estos recursos librescos. Están a tiempo.
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3 comentarios:
Manda webs! El perfume de los Dioses Primigenios!
Primero no reconocido hasta su muerte y después de ésta relegado a perfumar los sobacos del personal... :) Quizá la literatura no es más que un juego destinado a ser exibido en las perfumerías, de usar y tirar.
Besos grandes.
No me parece mala idea, Emilio. Tengo la impresión de que a Lovecraft le divertiría la broma y de paso llenaría sus siempre raídos bolsillos. El mercantilismo tiene a veces sentido, cuando la ensoñación la inunda en, al menos, un 0'01%
Leí a Lovecraft la noche del uno al dos de noviembre. Fue en un sofá sin orejas y al resguardo de un tazón de cacao acompañado de "garrotitos" de chocolate. Después la tertulia de La Rosa de los Vientos. El paraíso no estuvo lejos de mí aquella noche.
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